von Mary Hammer
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17. Oktober 2024
El día 30 de septiembre de 2024 nos reunimos nuevamente en nuestra escuela por una buena causa: practicar español con el fin de apoyar a una persona enferma en mi país Venezuea. Los estudiantes y amigos de nuestra escuela conocieron en vivo la historia de una joven talentosa venezolana: GENA LIEVANO. Proveniente de Caracas, Venezuela, nació en el seno de una familia con talento musical. Casi todos sabían tocar un instrumento. Era previsible que Gena también seguiría ese mismo camino en su profesión, pues ya con solo dos años, ella comenzaba a aprender a tocar el piano, después el chelo, la flauta y después el oboe; instrumento con el cual decidió especializase antes de seguir el camino profesional de Dirección de Orquestas. Sus recuerdos de la niñez y adolescencia transitan entre la escuela formal y una institución en Caracas, conocida por los músicos como El Sistema. Se trata de una fundación del Estado para el Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, que ofrece una educación musical integral con un enfoque en la formación orquestal y coral. Cabe destacar que fue fundada en 1975 por el maestro José Antonio Abreu, con el objetivo de promover la música como una herramienta para la inclusión social y el desarrollo personal, especialmente para niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad. Así pues, como dije antes, la vida de esta joven giraba en torno a estudiar para sus clases, hacer sus deberes escolares, practicar sus instrumentos e ir al Sistema. Fue en este momento de la entrevista en que alguien, no recuerdo quién, quiso preguntarle si veía con reservas esa etapa de su vida, pues tenía una vida social muy limitada. Gena nos confesó que, el hecho de no haber conocido otra rutina más que esta, no la hacía añorar otra vida. De hecho, ella considera que sus verdaderos amigos estaban en el Sistema, por eso, veía con ilusión ir a este lugar. A los 16 años, viajó por primera vez a París de vacaciones con sus hermanos. Literalmente lo describió así: "Fue amor a primera vista, e inmediatamente supe que era allí donde quería vivir y estudiar en el futuro".Y así fue. Dos años después Paris y su encanto la esperaban; sin embargo, todo comienzo trae consigo sus desafios, y para Gena no fue la excepción. Por un lado, debía trabajar como niñera para ganarse la vida mientras audicionaba para poder lograr hacer estudios superiores de dirección de música en Conservatorios, Filarmónicas y finalmente en la Universidad de Paris. Por el otro, el gran desafío de lograr obtener una oportunidad para demostrar todo lo que sabía sobre música. Ella había aprendido muchísimo en el Sistema pero sin obtener certificación alguna. Gena nos explicó que en el Sistema el estudiante de música nunca recibe certificación oficial. De modo que, en el curriculum de Gena faltaba algo que certificara los años de esfuerzo y dedicación por la música y esto no debía ser algo fácil de entender en las escuelas parisinas. Otra situación incómoda fueron las criticas directas de algunos profesores tras el deseo de Gena de estudiar Dirección de Orquesta. "Una mujer no es capaz de dirigir" " No tienes el temple para ser una directora" " haz otra cosa". Decidir seguir este camino a pesar de toda esta presión es admirable y dice mucho del caracter de Gena, porque recuerden que ella era aun muy joven, estaba sola en Paris, no hablaba bien francés y no tenía consigo la acreditación que le exigían. Ella se mantuvo y se ha mantenido firme a su sueño y eso inspira. Un punto muy importante que no debemos pasar por alto es el hecho de que el amor llegó a la vida de Gena y fue también musical porque su amor también toca el oboe como ella. La historia de cómo se conocieron es muy larga. Solo resumo esto diciendo que juntos iniciaron su primer gran proyecto. Durante la pandemia, Gena y su novio tuvieron la idea de contactar muchos amigos músicos en Paris que no tenían trabajo para formar una orquesta propia. La llamaron Ánima, y es algo que mis estudiantes y yo vemos con mucha admiración. En este momento me vino a la mente lema que decidió poner Gena en el aviso de publicidad que hice para Conlinguas en Vivo: "Me gusta conectar el mundo a través de la música", quizás pensé en esto por la pregunta de mi estudiante Moritz acerca de la manera en la que Gena conecta a con los músicos en el momento que dirige una orquesta. Ella nos dijo que dejaba primero que la música se conectara con el músico primero porque cada uno va a sentirla de manera individual. Entonces, venía ella a que todo ese sentir se fusionara para que surgiera algo armonioso. Yo imaginé a Gena como a un río, allí llegaban todas las aguas que fluiran armoniosamente a algún lugar y nos va a tocar las fibras a todos. Cada director tiene su estilo y forma particular de dirigir. Nosotros aquí en Conlinguas, quedamos extremadamente curiosos. Queremos ver a esta joven talento en acción dirigiendo a una orquesta. He escuchado durante estas dos semanas la historia de Gena contada por mis estudiantes. Ha sido, como siempre, una experiencia maravillosa. A mí me encanta escuchar historias. Cada uno encuentra su modo de contar una misma historia. A mi pregunta final: Qué aprendiste de Gena? Todos coincidimos: Estar claro sobre lo que uno desea es un gran paso, pero no se puede quedar allí. Lo siguiente es el empeño, la disciplina y perseverancia para lograr tu sueño. Gena ha sido esto y más, por eso sabemos que lo va a lograr. Estoy segura de que en unos años, no muy lejanos, sabremos más de esta joven mujer por los periódicos y televisión, porque les aseguro que estará dirigiendo orquestas de renombre. Gracias Gena por todos lo que nos enseñaste a través de tu historia de vida. Igualmente, agradezco a mis estudiantes de español y amigos de Conlinguas por su participación y su apoyo a que continúe estas bonitas sesiones. A la Sra Luzmary Nacache, a la mujer que le dedicamos este evento, le deseamos pronta recuperación y una salud fuerte. Un abrazo para todos. Mary